El trastorno alimentario compulsivo (TAC) es un trastorno mental que afecta el comportamiento alimentario. El trastorno se caracteriza por la preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal, así como por la realización de comportamientos alimentarios compulsivos, como el ayuno, la restricción alimentaria, el atracón y el vómito autoinducido. El trastorno es más común entre las mujeres, aunque también se puede encontrar en hombres y niños.
Las personas en riesgo de sufrir un trastorno alimentario compulsivo suelen tener una baja autoestima, una sensación de inadecuación, una preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal, así como una tendencia a la perfeccionismo. Estas personas también pueden tener una historia de abuso o trauma emocional, o estar en un ambiente en el que el peso y la imagen corporal sean importantes.
Los síntomas del trastorno alimentario compulsivo incluyen comportamientos alimentarios compulsivos, como el ayuno, la restricción alimentaria, el atracón y el vómito autoinducido. Estos comportamientos pueden ser seguidos por sentimientos de culpa, vergüenza y ansiedad. Otros síntomas incluyen una preocupación excesiva por el peso y la imagen corporal, una baja autoestima, una sensación de inadecuación, una tendencia al perfeccionismo y una ansiedad excesiva.
El tratamiento del trastorno alimentario compulsivo generalmente implica un enfoque multidisciplinario, que incluye terapia psicológica, nutrición y medicamentos. La terapia psicológica puede ayudar a las personas a comprender y cambiar sus pensamientos y comportamientos relacionados con la alimentación. La nutrición puede ayudar a las personas a establecer hábitos alimenticios saludables y a desarrollar una actitud positiva hacia la alimentación. Los medicamentos pueden ayudar a aliviar los síntomas de ansiedad y depresión. El tratamiento también puede incluir grupos de apoyo para ayudar a las personas a comprender y afrontar el trastorno.