La microbiota intestinal, también conocida como flora intestinal, es un ecosistema de microorganismos vivos que habitan en nuestro intestino. Este complejo universo de bacterias, virus y hongos no solo coexiste con nosotros, sino que juega un papel vital en nuestra salud.
El principal papel de la microbiota intestinal es ayudar en la digestión de los alimentos que nuestro cuerpo no puede procesar por sí solo. Además, contribuye a la producción de ciertas vitaminas y a la absorción de nutrientes. Pero sus beneficios van más allá de la digestión. La microbiota intestinal también está involucrada en la regulación de nuestro sistema inmunológico, protegiéndonos contra patógenos y enfermedades.
Las investigaciones recientes han demostrado que una microbiota intestinal saludable puede estar relacionada con un menor riesgo de enfermedades crónicas como la obesidad, la diabetes tipo 2 y las enfermedades cardíacas. Incluso se ha sugerido que podría influir en nuestro estado de ánimo y comportamiento.
Por lo tanto, mantener una microbiota intestinal equilibrada y diversa es esencial para nuestra salud general. Esto se puede lograr a través de una dieta equilibrada rica en fibra, probióticos y prebióticos, así como evitando el uso excesivo de antibióticos.