La artritis reumatoide es una enfermedad crónica y degenerativa que afecta principalmente a las articulaciones, causando inflamación y dolor. Es un tipo de enfermedad autoinmune, lo que significa que el sistema inmunológico del cuerpo ataca por error a sus propios tejidos, en este caso, las membranas que recubren las articulaciones.
Los síntomas de la artritis reumatoide pueden variar en severidad y pueden incluso aparecer y desaparecer. Los más comunes son el dolor y la hinchazón en las articulaciones, la rigidez matutina que suele durar varias horas, la fatiga, la fiebre y la pérdida de peso.
A largo plazo, la artritis reumatoide puede causar deformidad en las articulaciones y pérdida de la función articular, lo que puede afectar la calidad de vida de una persona y su capacidad para realizar actividades diarias. Además, también puede afectar a otros órganos del cuerpo, como el corazón, los pulmones y los ojos.
Es importante tener en cuenta que, aunque no existe una cura para la artritis reumatoide, hay tratamientos disponibles que pueden ayudar a controlar los síntomas y a prevenir o retrasar el daño articular. Por lo tanto, si sospechas que puedes tener artritis reumatoide, te recomendaría que consultes a un médico para obtener un diagnóstico y un plan de tratamiento adecuado.