Las enfermedades no transmisibles (ENT) son aquellas que no se transmiten de una persona a otra, como el cáncer, las enfermedades cardiovasculares, el asma, la diabetes, la enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y la osteoporosis. Estas enfermedades son cada vez más comunes en todo el mundo y representan una gran carga para los sistemas de salud.
Las principales consecuencias de las enfermedades no transmisibles son la discapacidad, la muerte prematura y el aumento de los costos de atención médica. Estas enfermedades son responsables de más del 70% de las muertes en todo el mundo, y se espera que esta cifra aumente en los próximos años.
Las principales formas de prevenir las enfermedades no transmisibles son cambiar los estilos de vida, como llevar una dieta saludable, hacer ejercicio regularmente y evitar el consumo de tabaco y alcohol. También es importante controlar los factores de riesgo, como el colesterol alto, la presión arterial alta y la obesidad. Además, los programas de detección temprana pueden ayudar a detectar estas enfermedades antes de que se vuelvan graves.
Es importante que todos tomemos medidas para prevenir las enfermedades no transmisibles. Esto se puede lograr a través de la educación y el apoyo a los cambios de estilo de vida saludable. Los gobiernos también deben tomar medidas para mejorar el acceso a la atención médica y los servicios de prevención. Esto ayudará a reducir el impacto de estas enfermedades en la sociedad.