El glaucoma es una enfermedad ocular crónica que afecta al nervio óptico y a la vista. Se caracteriza por un daño progresivo al nervio óptico, lo que provoca una pérdida gradual de la visión periférica, lo que puede llevar a la ceguera si no se trata. El glaucoma es una de las principales causas de ceguera en el mundo.
Los principales factores de riesgo para el glaucoma incluyen la edad avanzada, la presión intraocular elevada, la miopía, la historia familiar de glaucoma, una lesión ocular o una cirugía ocular previa, el uso de ciertos medicamentos y enfermedades como el diabetes o la hipertensión. También hay algunos factores de riesgo relacionados con el estilo de vida, como el tabaquismo, el abuso de alcohol y la exposición al sol.
El tratamiento del glaucoma generalmente implica medicamentos para reducir la presión intraocular, cirugía para abrir el flujo de líquido dentro del ojo, o una combinación de ambos. Si el tratamiento no se inicia a tiempo, la pérdida de visión puede ser permanente.
Es importante que los pacientes con glaucoma vean a su oftalmólogo regularmente para monitorear la presión ocular y la salud de los ojos. El diagnóstico temprano y el tratamiento adecuado pueden ayudar a preservar la visión y prevenir la ceguera. También es importante que los pacientes con factores de riesgo para el glaucoma se sometan a un examen ocular completo para detectar la enfermedad a tiempo.